domingo, 20 de diciembre de 2009

Por una navidad sin IVA

¡POR UN NAVIDAD PARA TODOS!
¡NO A LA KARESTÍA DE LA VIDA!
¡ELIMINACIÓN DEL IVA DE LA CANASTA FAMILIAR!


Los impuestos son un mecanismo de financiación del gasto público y redistribución del ingreso (o deberían serlo). Los dos impuestos que más aportan a la recaudación pública son el IVA y el Impuesto a las ganancias. Pero mientras que este último es progresivo (pagan más los que más tienen) el IVA es regresivo (pagan más los que menos tienen), al ser indirecto recae sobre todos los consumidores de bienes y servicios.
De una tabla con lo que aporta cada impuesto al PBI se deduce que soportan mayor presión tributaria los consumidores que las empresas, ya que el IVA aporta más que la renta. Además, hay inequidad en todo esto ya que la presión tributaria del IVA es mayor en los sectores de menor ingreso, que son los que consumen la casi totalidad de sus ingresos: para el decil 1 (el menor) la presión es del 19 %, mientras que para el decil 10 es del 11%.
Por esto la eliminación del IVA de alimentos y servicios permite favorecer el consumo en sectores de menores ingresos, una mayor equidad en el sistema tributario y una mejor distribución de los ingresos.
Algunos sostienen que al eliminar el IVA los precios deberían reducirse un 16 %, se podría consumir un 20 % más y dos millones de personas dejarían de ser pobres.
Otra cuestión es el porcentaje sólo hay en el mundo 9 países que igualan o superan el 21 % nuestro, se calcula que con mayor control de la evasión se podría recaudar lo mismo con un IVA DEL 10%.

Fragmentos de “Rebajar el IVA”
Por Ismael Domian :: Miembro del Centro de Estudios para el Cambio Social
Artículo aparecido en el periódico Página/12 (2 de febrero de 2009)

(...) Al analizar el impacto del sistema impositivo argentino en la distribución del ingreso resulta ineludible hacer mención a los dos tributos que más aportan a las cuentas públicas: el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y el Impuesto a las Ganancias.
En relación con el primero, su carácter de regresivo (pagan más los que menos tienen) está dado por el hecho de que es un impuesto indirecto que recae sobre el consumidor, es decir que la carga tributaria es transferida a todas las personas que gastan sus ingresos para adquirir bienes y servicios. Cuando una familia trabajadora compra sus mercaderías básicas en el mercado del barrio paga un 21 por ciento de IVA. Si un empresario o un gerente compra productos electrónicos de alto costo en un comercio en un shopping, paga la misma alícuota. El IVA es un impuesto al consumo. El más pobre y el más rico pagan la misma tasa o alícuota.
Si bien no se puede pensar en la eliminación del IVA, al menos en el corto plazo, debido a que dicho impuesto representa cerca del 35 por ciento de los ingresos tributarios nacionales de acuerdo con las proyecciones del Presupuesto 2009, sí se pueden pensar en medidas que reduzcan la carga impositiva sobre los sectores de menores ingresos.
Por ejemplo, algunos estudios muestran que la eliminación del IVA a los productos de la canasta básica alimentaria permitiría bajar sus precios un 16 por ciento, es decir que los más pobres podrían consumir alrededor de un 20 por ciento más de productos de primera necesidad. Si bien tal medida no resolvería el problema de la pobreza y el hambre, sería un paso en esa dirección debido a que, de acuerdo con los datos del Indec, más de 2 millones de personas dejarían de ser pobres (entre ellos 650 mil niños y niñas).
Pero si desde el Estado no se controla a las grandes empresas formadoras de precios y desde las organizaciones sociales no se ejerce presión directa sobre las empresas y el Estado, tal vez la rebaja del IVA no reduzca los precios sino que les permita a las empresas aumentar sus ganancias. (...) En relación con el Impuesto a las Ganancias, su carácter progresivo (pagan más los que más tienen) está dado por el hecho de que es un impuesto directo que grava las ganancias generadas por empresas y las manifestaciones directas de riqueza de las personas. (...)La eliminación del IVA a los productos de la canasta básica alimentaria junto a la desaparición de las exenciones mencionadas en el Impuesto a las Ganancias implicarían modificaciones en el sistema impositivo argentino tendientes a reducir su carácter regresivo, sin generar un impacto presupuestario significativo. Es decir que la decisión de no avanzar en este sentido y sí, por ejemplo, de eliminar la “tablita de Machinea” (que “perjudicaba” al 5 por ciento más rico de los asalariados: funcionarios públicos, gerentes de empresas, etc.) es una decisión política que marca la orientación general de la política fiscal.
Por otra parte, mientras que las medidas fiscales que reducen la carga impositiva a los sectores medios-altos favorecen básicamente la compra de dólares, en la actual coyuntura las medidas mencionadas tendrían un impacto directo sobre el consumo popular. De esa manera, la rebaja del IVA a los productos de la canasta básica no sólo mejoraría la calidad de vida de millones de personas sino que tendría un impacto macroeconómicamente expansivo.

FUNDAMENTOS PARA LA ELIMINACIÓN DEL IVA A LOS  65 PRODUCTOS DE LA CANASTA BASICA ALIMENTARIA
El actual sistema impositivo argentino no satisface los objetivos económicos, administrativos y sociales que  requiere la sociedad. Al estar basado fundamentalmente en impuestos sobre el consumo y una reducida participación de los impuestos a la renta, la estructura tributaria  resulta altamente regresiva.    Los impuestos al consumo gravan al acto de consumir  bienes y servicios :  tanto alimentos, bebidas, indumentaria, artículos de tocador y perfumería,  combustibles, servicios públicos, seguros, etc. Los impuestos son un mecanismo para financiar el gasto público mediante el cual el Estado redistribuye ingresos desde los sectores más ricos hacia los más vulnerables, sean personas, sectores económicos o regiones y son en sí mismos un instrumento de redistribución de ingresos. Los impuestos son parte de la Política Tributaria que debe ser equitativa, es decir, promover la igualdad. Este concepto comprende la equidad horizontal y la equidad vertical. La primera se refiere a que si dos contribuyentes tienen iguales características deben ser tratados de igual manera, mientras que la equidad vertical se basa en que las personas con diferente capacidad de pago ( los de menores ingresos )   deberían pagar diferentes cantidades de impuestos. El concepto de progresividad establece que para que un impuesto sea equitativo un contribuyente de mayores ingresos debería pagar más no sólo en valor absoluto, sino también proporcionalmente.
Dado que los hogares de menores ingresos gastan en consumo todos sus ingresos y los hogares de mayores ingresos tienen capacidad de ahorro, los  primeros tienen todos sus ingresos gravados mientras que los segundos solo una parte de ella. (...) En la Argentina los impuestos sobre el consumo suman el 48,2% de los ingresos tributarios, lo que representa una de las proporciones más elevadas del mundo, casi 20 puntos porcentuales sobre el promedio de la OCDE. Por el contrario los impuestos sobre la renta representan el 19% de la recaudación total, una de las proporciones más bajas entre todos los países. En contrapartida en países como Australia y Nueva Zelanda, este tipo de impuestos constituye casi el 60% de la recaudación; en Estados Unidos y Canadá, alrededor del 50%. Del total de impuestos percibidos por el sistema tributario el IVA encabeza la recaudación, totalizando algo más del 30%. En el año 2003 sobre un total recaudado de  62.606 millones de pesos al IVA le correspondieron 19.580 millones de pesos. En el presupuesto 2004 se realizó una previsión de recaudación impositiva de 79.416 millones de pesos, correspondiéndole al IVA el principal aporte mediante la suma de 22.511 millones de pesos. Ello equivale al 29% de la recaudación total. Superando la previsión presupuestaria en los primeros ocho meses de 2004 la recaudación por IVA ascendió a 21.600 millones de pesos. La proporción del consumo en el gasto de una familia se reduce al aumentar el nivel de ingreso del hogar y se incrementa cuando los ingresos son inferiores. La recaudación obtenida  por ingresos al consumo es de una mayor proporción sobre el PBI que la de los impuestos a la renta; los consumidores soportan más presión tributaria que las empresas. En efecto, la presión tributaria del impuesto sobre la renta que se relaciona con las empresas  es extremadamente baja en Argentina: 4%,  seguida muy de cerca por México ( 4,9% ) y Brasil ( 6,6% ). Un análisis de la  presión tributaria por deciles de ingreso muestra una marcada característica de inequidad: El  primer decil ( el de menor ingreso ) soporta una presión equivalente al 59% y el decil 10 ( el de mayor ingreso ) del 40%. Un impuesto se define como progresivo si en la comparación entre el decil que representa a los hogares con menores ingresos – decil 1 – y  los hogares con más ingresos – decil 10 – el indicador impuestos / ingresos va aumentando. Un comportamiento opuesto estaría caracterizando a un impuesto regresivo. Claramente el IVA presenta un comportamiento que permite tipificarlo como regresivo ya que el  coeficiente impuestos / ingresos va descendiendo a lo largo del recorrido por los deciles.  En la actualidad respecto al IVA la presión para el decil 1 es del 19% y para el decil 10 es del 11%. Ello equivale a decir que los más pobres tienen una incidencia en sus ingresos mayor en un 50% que los más ricos.
En  la legislación comparada se aprecia una gravabilidad generalizada con tasas más reducidas, o directamente con exención en alimentos. Sin embargo, no es el caso de la Argentina donde la exención está restringida a ciertos casos como pan y leche. La combinación de elevadas alícuotas y escasas exenciones permite suponer que la regresividad del IVA en la Argentina es mayor que en otros países. El IVA del 21% en Argentina es superado o igualado sólo por nueve países en todo el mundo, de los cuales la mitad son nórdicos – sin problemas de distribución de ingresos – y la otra mitad tiene amplias exenciones y alícuotas diferenciales para productos primarios.
PAIS
TASA GENERAL DE IVA
RELACION IVA / PBI

ARGENTINA

21%
6,0%
BOLIVIA
13%
 
BRASIL
18%
2,5%
CHILE
18%
11,9%
CANADA
7%
 
COLOMBIA
15%
7,0%
ECUADOR
12%
10,0 %
GUATEMALA
10%
7,4%
HAITI
10%
6,0%
HONDURAS
12%
12,8 %
PANAMA
5%
4,7 %
PARAGUAY
10%
8,1 %
PERU
16%
7,0%
R. DOMINICANA
8%
11,0%
Como se comprueba en el cuadro precedente no se corresponde la tasa del IVA con una mayor recaudación en relación con el PIB. Argentina con una alícuota del 21% aporta sólo el 6% al PBI, mientras que en el extremo opuesto Paraguay con una tasa del 10% aporta el 8,1% y República Dominicana con una alícuota de 8% aporta el 11% a su PIB. La evasión en el pago del IVA es un elemento a considerar cuando se plantea la reducción o eliminación del impuesto. Antes de la devaluación era del 40%; sobre un PBI de 280 mil millones de pesos la recaudación era de 20 mil millones cuando debía ser, luego de todas las exenciones de 35 mil millones de pesos.
A cambio de ejercer un mayor control sobre la evasión las distintas administraciones gubernamentales desde 1991 en adelante se han encargado de compensar la evasión con un mayor incremento de la alícuota: En 1991 la tasa era del 15,6% y en la actualidad 21%.  Las altas tasas de evasión y la elusión hacen que los grupos con ingresos más altos paguen una menor tasa efectiva de impuestos. Distintos economistas estadounidenses han establecido que Argentina podría recaudar el mismo monto de IVA  con una tasa del 10% si el Estado controlara eficientemente la evasión del tributo. A una baja recaudación del tributo también contribuyeron determinadas exenciones que se alentaron en la década pasada y que favorecieron a los movimientos de capitales y a las inversiones financieras. Se desgravó del impuesto a las ganancias a los intereses devengados por los títulos públicos, a  los intereses de depósitos y a los dividendos de acciones. Por esa desgravación se perdieron anualmente 4.000 millones de pesos. Distintas opiniones de expertos avalan el pedido de eliminación del IVA a los alimentos básicos: Kurt Schuler, economista del Joint Economic Committee del Congreso de EEUU , tomando el argumento de Arthur Laffer, de que el incremento de las alícuotas impositivas aumenta la recaudación hasta un cierto punto máximo, más allá del cual las subas adicionales reducen la recaudación total, debido a que llega un momento en que la presión fiscal se torna insostenible, recomienda para la Argentina reducir las alícuotas impositivas, proponiendo una baja del IVA del 21% al 15%, cifra similar sugerida por Robert Mundell en una visita a la Argentina. En el marco de las Jornadas Tributarias del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas realizado en el año 2002, surgieron las recomendaciones de bajar la tasa del IVA y  eliminar exenciones en el impuesto a las Ganancias. En dicho evento, Elías Lisicki, ex titular de la DGI, reclamó bajar el IVA mucho más que dos puntos y hacer lo mismo con el impuesto a los combustibles. (...)Por ello:  Para favorecer el consumo de los sectores de menores ingresos, para otorgarle mayor equidad al sistema tributario y por una mejor redistribución de los ingresos , las organizaciones de consumidores reclamamos la eliminación del IVA a los 65 productos de la Canasta de Alimentos.
   
www.deuco.org.ar/eliminacionIVA.htm 

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